La obra de Jorge Luna, es un ejemplo de fusión entre la academia más tradicionalista y una atrevida vanguardia donde el recurso multimedia y la meticulosa manualidad son contundentes. Su temática seduce al espectador con un mínimo de objetos y el máximo detalle donde descubrimos miniaturas pictóricas insertas en obras de gran formato. El surrealismo y la psicodelia se funden en una sola idea siendo quizá la antesala de una corriente de pensamiento global donde tecnología, urbanismo, naturaleza, literatura, realismo, ciencia y fantasía describen al hombre contemporáneo, que paradójicamente se encuentra ausente como sujeto, pero omnipresente a través de sus objetos. Brillos, espejos, cristales aparecen obsesivamente en una geometría simple en los entornos más insólitos que van desde la página de un libro hasta una selva. Y hay mucho más en la Obra de Jorge Luna pero probablemente para mí lo más fascinante que provoca su trabajo radica en su capacidad de admirar y documentar el tiempo creándolo desde la mayor libertad haciendo de este hecho una constante celebración de vida que como umbrales de alegría cautivan de manera increíble a los niños.

 

Dr. Arturo González González
Director del Museo del Desierto

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